El Cobarde
Raudo el buque navega. En la toldillaFuma impasible el capitán negrero.Por la abierta escotillaSube murmullo ronco y plañidero,Que el sollozo semejaDe mil bestias humanas,Es el ébano vivo que se quejaAl dejar las llanuras africanas.Y mientras gime abajo el cargamento,Y a la merced de las olas y del vientoNavega el barco por la mar bravía,"¡Que nos relate el capitán un cuento!"Pide a voces la audaz marinería."¿Una historia pedís? ahí va la mía."El negrero exclamó_"Si por mi alardeDe arrojo temerario habéis creídoQue cual valiente soy valiente he sido,¡Grande fue vuestro error! yo fui cobarde.Yo fui cobarde, sí; porque yo amabaCon la ternura de la edad primeraA una mujer que infame me engañaba...Y la amaba frenético, la amabaComo ama a sus cachorros la pantera.No sé si su adulterio o mi cariñoLa hicieron concebir un tierno niño;Mas, sé que entre la madre y el hijueloTanta dicha gocé, tanta ventura,Que a deciros verdad me figurabaQue casi comprendí lo que era el cielo.Breves fueron mis cándidos amores;Breve mi dicha fue, breve mi calma,Y al saber la traición de los traidores,Sentía del infierno los horroresDentro del corazón, dentro del alma.A mi rival deshice a machetazos...Y antes de herir a la que impíaRompió de amor los bendecidos lazos,El arma se detuvo, que en los brazosDe la madre culpable sonreíaEl pequeño débil e inocenteY no quise manchar su tersa frente.Y de pueril ternura haciendo alarde,Por no dejar sin madre al pequeñuelo¡A la infiel perdoné como un cobarde!
Poema compartido por Daniel Álvarez Arellano